La traducción está presente en un amplio abanico de actividades profesionales y, como consecuencia de la globalización, cada vez son más las actividades que requieren los servicios de traductores profesionales. Por ejemplo, hace algunas décadas, ni siquiera se planteaba la traducción turística, ya que el turismo se enfocaba exclusivamente al público nacional y no se tenían en cuenta los turistas extranjeros que, cada vez más, visitaban nuestro país. Por otro lado, la adhesión de España a la Comunidad Europea ofreció una gran oportunidad en el comercio exterior a través de las exportaciones, por lo que la traducción de documentos tales como la factura comercial, los documentos DUA o los cuadernos ATA, entre otros, incrementó en gran medida en los años posteriores. La demanda de traducciones turísticas, judiciales, financieras y médicas aumentó y sigue haciéndolo en la actualidad.

En el terreno fiscal, también es necesario contratar servicios de traducción en determinados casos.

Barreras que debe superar el traductor jurado en los documentos fiscales

La traducción de documentos fiscales conlleva un inconveniente y es que cada país trabaja con un sistema de tributación diferente. Para superar esta barrera, el traductor debe realizar anotaciones explicativas o descifrar una gran cantidad de siglas, ya que ocupan la mayor parte de los documentos fiscales, especialmente en los formularios de declaración de impuestos.

Otro factor importante es la utilidad de traducir estos formularios fiscales al completo, ya que en la mayoría de los casos se trata de formularios bastante extensos y una persona física cuyos ingresos se limiten a los rendimientos del trabajo completará apenas un 5 % del formulario. Ante esta situación, muchos clientes se sienten indignados cuando, por ejemplo, en Italia, se les solicita la declaración de la renta completa, incluso cuando gran parte del documento no está cumplimentado, debido al coste que ello supone.

Consulta qué documento fiscal es necesario traducir

Por el motivo mencionado anteriormente, antes de traducir cualquier documento fiscal, es recomendable consultar a los organismos correspondientes qué documentación hay que traducir para cada trámite. Algunos clientes nos solicitan la traducción jurada de formularios de declaración de impuestos porque son los que habitualmente se presentan en España, pero en otros países el sistema funciona de forma diferente y pueden rechazar la traducción jurada que se presente.

En Francia, por ejemplo, nos solicitan un documento denominado vais d’impôt, que nos remite la Administración fiscal francesa cuando presentamos nuestra declaración de impuestos y es como un certificado tributario. En España, existe un documento muy similar que se puede solicitar en la página de la Agencia Tributaria y puede permitir ahorrar dinero y tiempo, ya que no es necesario traducir todas las páginas de la declaración de impuestos.

Recuerda que para la traducción jurada de este tipo de documentación, es necesario contar con un traductor especialista en el ámbito tributario, que certifique con su firma y sello que la traducción es fiel al documento original. En España, sólo un traductor jurado puede realizar este tipo de traducciones oficiales.

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